Algunas organizaciones plantean un tipo de hipoteca, que tiene que ver con la vida del inquilino, lo mantienen y cuidan, mientras están con problemas de salud, a cambio de quedarse con el inmueble en caso de fallecimiento.
Las inmobiliarias están diseñando un tipo de hipoteca, que es similar a esa propuesta, salvo que, el desembolso o préstamo, puede ser solicitado en cuotas, puede ser usado para el mantenimiento del inquilino y se pactan cuotas hasta cancelar la deuda.
Podría llamarse un tipo de financiamiento, pero no para comprar una casa, sino para sostenerla o mantenerla durante un período.
La hipoteca puede cancelarse en su totalidad, o ser asumida por los deudos, de esta manera el bien inmueble puede seguir perteneciendo a la familia.
La garantía es siempre la casa, de manera que estaría aplicándose los medios necesarios para protección de la casa.
Otros medios de financiamiento, son asumidos por algunas inmobiliarias, que cuentan con sus propios inmuebles a la venta, comercializándose con sistemas de Fideicomisos o poso, los que ofrecen ventajas en referencia a la intervención del inquilino o inversor sobre el plano del inmuebles, materiales y opcionales.
Con una política de protección ambiental, en la situación actual, ambas acciones son una posibilidad, ya que la situación coloca a la población no económicamente activa, pero con vivienda, o a la económicamente activa sin vivienda, en la posibilidad de financiamiento, ya sea por hipotecas o préstamos.
Las localizaciones de los inmuebles, resultan estratégicas, y algunas comodidades como inclusión de gimnasios, piscinas, o canchas de tenis, así como espejos de agua, están siendo reevaluadas por los inversores y dueños, las actividades a que nos someten la situación actual produce una reflexión sobre las particularidades de las viviendas, la arquitectura y la localización; así como los espacios comunes, familiares.
Hay cuestiones que no se plantean, pero está en la expectativa de las nueva normalidad: la posibilidad de alojar personas, alquilar espacios dentro de espacios controlados, o tan siquiera aceptar las visitas de los amigos de los jóvenes de la familia, debido a las alteraciones sociales que producen la ausencia de lugares de encuentros.
Hay una nueva reconfiguración del espacio social que no todo es virtual, hasta los jóvenes que antes no se podían despegar de los celulares encuentran necesario el compartir en forma presencial; hasta resulta irónico que sean ellos los que más presionan para poder salir, juntarse con amigos.
El efecto, sin duda, ha afectado el concepto de vivienda, los padres consultas sobre nuevas propiedades con espacios preparados para conversión en distintos ambientes, no sólo para la limpieza y desinfección del afuera, sino para recibir visitas y preparar ambientes para la permanencia, trasladarse o circular por la ciudad ya no es buena idea.
Los grande cambios de hábitos, siempre han impactado sobre la arquitectura y sobre nuevas formas de entender la calidad de vida, la situación de la Pandemia, también ha colocado en cuestión el uso de la vivienda familiar, el entorno, y sobre todo el control de la salud.
No es que la Pandemia haya venido para quedarse, la ciencia encontrará el modo de neutralizarla, pero sin duda, deja una enseñanza para la calidad de vida, para la familia y la sociedad que tendrá consecuencias en los bienes raíces y sus negocios; hipoteca inversa, financiamiento, ya no son sinónimos de buenos negocios si no viene emparentado con espacios aireados, y flexibles como los son los barrios privados.
Cartón resistente, una idea de un diseñador chino que promete ingresar en el mercado de decoración de interiores, industria del mueble y otras opciones.
La burbuja inmobiliaria provoca efectos secundarios, cualquiera con una propiedad arma un sitio para atendión turística sin tener la menor idea de cómo se lleva adelante un servicio de hotel.