El CEDIN es el nuevo instrumento de operación financiera, promovido por el gobierno, que te permitirá declarar valores, sin que debas explicar el origen.

En otras palabras es lo que se llama un blanqueo de capitales.

La intención de la nueva modalidad es controvertida y han aparecido muchas dudas sobre su instrumentación.

En principio, respecto a la relación entre la palabra blanqueo y su correspondiente consecuencia.

Hay dos aspectos que parecen obvios, una cosa es que se pueda adquirir un CEDIN, blanqueando capitales, otra es que la AFIP no tenga en cuenta a quien realizó la acción.

Algo así como “quedar marcado”.

El mercado de inversores se muestra inquieto ante la aparente persecución con que se manifiestan las acciones de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), ya sea por hacerlo como por no hacerlo.

En caso de tener alguna operación de capitales en el extranjero que no coincida con las operaciones locales del contribuyente, o tan siquiera con los bienes declarados, si no te inscriben en el beneficio del CEDIN, serás sospechoso. Si lo haces, quedarás marcado para el futuro.

Parece no haber escapatoria. Algunos dirán que es lo correcto, ya que el hecho de que haya movimiento de capitales que no pagan impuestos hace que la carga de pagos se distribuya entre los que sí pagan, pero esto es más bien una deducción lógica pero inexistente, no se conoce en la historia de la humanidad que los impuestos bajen cuando hay mayor recaudación porque los procedimientos de control den algún resultado.

Ya se dice que la AFIP compraría las bases de datos que proveen información sobre el patrimonio de argentinos en el exterior. Esto presupone que tales datos se encuentren en venta.

Para ello, habría que pensar en un convenio con organismos de otros países, suponiendo acuerdos de cooperación tributaria con otros países.

Destinos como los que han aparecido en los diarios en el último tiempo, Bahamas, Islas Caimán, Bermuda, son algunos de los países que suenan, como parte del convenio multilateral para el desarrollo económico.

Tales actividades son, por ahora, algunos de los trascendidos que no se desmienten ni confirman, y que habría que sustentar con conocimientos más precisos.

En números, hay algunos desniveles en las novedades, por ejemplo, la emisión de CEDIN, está acotada entre valores de 100 dólares a 100 mil dólares, y podrán emitirse por cualquier valor, aunque no sea número entero; mientras que los trascendidos sobre la tenencia de divisa en manos de argentinos, se estima en 160 millones de dólares, de los cuales el 80 o más se encuentra fuera del país.

Son cifras que no parecen reflejar la realidad de ninguna de las acciones, investigar fortunas, para luego generar el instrumento que no la representa parece hablar, más bien, de acciones separadas.

Por una parte procedimientos de control sobre capitales en el exterior, y por otro, un instrumento para valores menores, pero masivos, pensados para un ciudadano más conservador, que cuenta con una ahorro que no quiere colocar en bancos, que espera a mejor situación y un mercado más estable para tomar la decisión de movilizarlo.

Por ahora, no parece haber una situación clara sobre las consecuencias de la operatoria del CEDIN, lo que se muestra a las claras en la poca adhesión, que por ahora mueve el mercado del sector inmobiliario, sobre todo cuando se ampliado su uso.

De podrá también invertir en materiales de construcción, sin embargo se especula que podrá usarse como un cheque, se podrá pagar cualquier tipo de bien, deudas u otros, ya que será endosable.

El uso del CEDIN para operaciones inmobiliarias se puede combinar con otras modalidades de pago, dependerá del convenio entre partes.

El CEDIN no tendrá vencimiento, y es equivalente al valor en que se emitió. Cuenta con garantías contra robo o pérdidas, y podrá ser reemitido quedando sin efecto el anterior.

Las inmobiliarias, se suman al respaldo de  esta iniciativa en el entendimiento que ayuda a descomprimir la crisis que ha afectado al sector.

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