Vidrio fotovoltaico
En la búsqueda por nuevos materiales que aseguren reserva de energía, la crisis del milenio, se presentaron novedades que utilizan el vidrio como colector de energía solar.
Hasta ahora la energía de paneles solares, ha sido útil, pero a un costo que requiere capitales que para un particular resultará difícil de afrontar, además para conseguir la energía suficiente para procesos que son contaminantes, fábricas, autos, la superficie del área, su mantenimiento y control resulta también oneroso y complicado.
Solo algunos países han conseguido contar con ese método, contando con amplios espacios donde siembran células fotovoltaicas, cercanas a ciudades a donde poder trasladar la energía.
El vidrio se puede integrar al hogar, este noble material es estéticamente bello, y se lo puede diseñar para diferentes funciones muy útiles.
El vidrio se puede diseñar con resistencia a golpes, aislamiento térmico y acústico, filtrar rayos UV y no emitir gases de CO2, con lo que es considerado un material que aporta al medio ambiente.
Aprovechar la luz natural, con vidrio, es un clásico en la arquitectura de todos los tiempos, ahora también con tecnología para reducir la radiación solar, nuevo mal provocado por el calentamiento global.
El viejo y nombre vidrio, con su ductilidad para acomodarse a diseños, para personalizar el hogar, para obras de arte, viene a sumarse a esta importante función de proveer energía.
El vidrio puede regular su transparencia, ahorra en iluminación y a su vez, cumple funciones de célula voltaica, almacena energía.
El futuro sostenible es la perspectiva con que se diseñan nuevas estrategias con materiales, siendo el vidrio el preferido, por su ductilidad y propiedades de transparencia, ahora con control del sonido y radiaciones, una solución sostenible.
Este proyecto lo lleva adelante una empresa en Denver, Colorado, que en asociación con constructoras, están a la vanguardia de propuestas para grandes edificios.
Ya hay países que se sumaron rápidamente a la iniciativa, Uruguay, Chile, Brasil, entre los países de Latinoamérica, entre otros de Europa, ya se está produciendo electricidad a un costo de 7 centésimos de euros, un poco por encima del costo en Dubai, ciudad en la que el diseño contempla el ahorro de energía desde su concepción, y por lo tanto un poco pionera en la prueba de nuevos materiales con el objetivo de auto sustentarse y de mantenerse ecológica.
Una gran propuesta a la que esperamos que Argentina se pueda sumar.